Tarta Dalek (o para los que no son frikis: Tarta Robot)

Esta tarta podría haberla publicado como homenaje al día del orgullo friki (25 de mayo), pero en realidad fue la tarta que hice para celebrar mi aniversario.

Cada vez nos es más difícil ocultar que somos una friki-pareja así que hemos llegado a la conclusión, a nuestra edad y después de tanto años juntos, que es una tontería disimular cuando es más que evidente jejeje. Para los que no sois seguidores del Doctor Who no sabréis que es un Dalek así que lo dejaremos en robot tuneado y para los que si  lo sois, espero que lo reconozcais porque se me ha ido la salud mental en ello.

En principio había pensado en hacer la Tardis que es lo más característico de esta serie, pero a última hora cambié de idea y decidí arriesgar. La Tardis para los que no tenéis idea de lo que hablo es la nave del Doctor en forma de cabina de policía, con ella viaja a través del tiempo y el espacio. Si tenéis oportunidad de ir a Londres podéis haceros una foto con la última que queda en la actualidad.

Esta tarta ha sido la más difícil que he hecho nunca.
Primero, le tuve que dar un poco de forma al bizcocho con el cuchillo. Era la primera vez que lo hacía, así que normal que no me saliese nada bien, sobre todo si eliges el bizcocho inapropiado.
La tarta lleva dos tipos de bizcocho, uno de zanahoria y otro de calabacín. Ambos riquísimos pero demasiado tiernos y blanditos para este tipo de tarta. Combinar temática y el gusto de consumidor ha sido una tarea muy difícil.
Las obras de ingeniería tampoco son lo mío, así que sostener el peso de la tarta y que no se desmoronara ha sido mi mayor preocupación, pero aguantó como una campeona.
El resto, cabeza y base, están hechos con RKT (masa elaborada con arroz inflado, nubes y mantequilla, ideal para hacer elementos que no pesen en la tarta). También era la primera vez que lo trabajaba en casa (solo lo había  visto en un curso) aunque he tenido mejor resultado que con el bizocho. Así que como veis esta tarta ha sido todo un reto.

Os he mencionado el sabor de los bizcochos: zanahoria y calabacín. La receta del bizcocho de zanahoria podéis encontrarla aquí.  El de calabacín ha sido un experimento. Para algunos puede resultar algo raro este sabor, a mí me sorprendió mucho cuando lo vi por primera vez en unos de mis libros, pero pensándolo mejor si hacemos tartas de calabaza y zanahoria por qué no también de calabacín. Después de todo este rollo os tengo que decir que este nuevo sabor, que volveré a repetir, ha sido un gran descubrimiento y todo un éxito. Os lo recomiendo porque además de sorprendente es verdaderamente delicioso.

Para el buttecream de relleno y cubierta he innovado también un poquito. En vez de hacer la crema de queso que suele acompañar a este tipo de bizcochos, he hecho un buttercream de jengibre.
Hace un tiempo me trajeron de Polonia (no tengo ni idea de si es típico de allí) un sirope de jengibre que es increible por su textura, olor y sabor, así que lo he utilizado para esta receta. Ya me estoy imaginado las galletas de jengibre que pueden salir con este sirope.
No sé si será fácil de encontrar por aquí, imagino que no, así que podemos sustituirlo por jengibre fresco rallado o en polvo. En este caso he echado dos cucharadas y ha sido más que suficiente. No os podeis imaginar el aroma y el sabor que desprende y  combina de forma estupenda con la zanahoria y el calabacín.
El resultado ha sido una tarta con un sabor muy peculiar y nada empalagosa (otro de mis retos ya que en casa el exceso de azúcar no gusta).

Después de terminar la tarta me dí cuenta que habría estado bien ir fotografiando todos los pasos y poder hacer un paso a paso de la receta, pero como no tenía muy claro como iba a salir la cosa he iba un poco a ciegas, no lo hice. Cuando tenga más soltura espero hacerlo, de momento os dejo la receta.

Ingredientes:  Bicocho de zanahoria (aquí receta) Bizcocho de calabacín. 1 calabacín grande rallado (yo dejé la piel para darle color) 200 gr de harina de repostería tamizada 1 cucharadita y media de levadura Media cucharadita de bicarbonato sódico Pizca de sal 150 ml de aceite de girasol 3 huevos 150 gr de azúcar blanco 1 cucharadita de esencia de vainilla Buttercream de jengibre 500 gr de azúcar glas 160 gr de mantequilla a temperatura ambiente 2 cucharadas de sirope de jengibre (si sustituimos por jengibre en polvo añadir dos cucharadas de leche) RKT 30 gr de mantequilla 150 gr de nubes (mashmallows) 500 gr de arroz inflado Decoración Para la decoración he utilizado fondant y colorantes alimentarios para teñirlo.

Elaboración: Bizcocho de calabacín Por un lado mezclamos todos los ingredientes secos: harina, levadura, bicarbonato sódico y  la sal. A parte, batimos con varillas el aceite, los huevos, el azúcar, el calabacín y la esencia de vainilla. Incorporamos los ingredientes secos poco a poco mezclando lentamente hasta que quede todo bien incorporado. Engrasamos los moldes (para esta receta he usado un molde de 15 cm y otro de 12 cm que era lo que necesitaba para esta tarta pero podéis hacerlo en tres layers de 18 cm de diámetro) y vertemos la masa. Metemos en el horno, previamente precalentado, a 180ºC unos 30 minutos o hasta que el palillo salga limpio. Dejamos enfriar en una rejilla unos 20 minutos antes de desmoldar. Buttercream de jengibre Batimos con varillas eléctrica el azúcar glas, tamizado, junto con la mantequilla. A medida que se va montando la crema echamos las cucharadas del sirope de jengibre. Seguimos batiendo hasta conseguir una textura firme. Técnica RKT Es conveniente hacer la mezcla un par de días antes. Os dejo un enlace al blog de Dulcekola donde podéis ver el paso a paso de esta técnica. En una olla fuego lento derretimos la mentequilla junto con las nubes hasta que la consistencia sea líquida. Agregamos poco a poco el arroz inflado, revolviendo constantemente hasta incorporar toda la cantidad. Sacamos la mezcla y dejamos enfriar en un papel vegetal. Para la base del Dalek lo extendí la mezcla en una bandeja y una vez frío corté la forma deseada. Por el contrario, para la cabeza, coloqué la mezcla en un recipiente redondo para darle forma. Lo que nos sobre podemos guardar en papel vegetal para usar en otra ocasión.

El sabor de la tarta ha gustado mucho y la decoración, como siempre, podría estar mejor pero estoy contenta con el resultado aunque mi Dalek es más rechoncho que el original.
También quiero mencionar el blog Jessitartas que me sirvió de guía  (mirar su Dalek, es espectacular y fiel al original, las comparaciones son odiosas).

Aún así, mi gran satisfacción con esta tarta es no sólo haber superado un reto, es que pasé la gran prueba de fuego: mi hermano nada más verla supo lo que era (y eso puedo decir que es prueba testada ya que es más friki que nadie).

Espero que os guste.